Boletines/Coronel Rosales
Decreto Nº 64
Coronel Rosales, 28/09/2023
Declara de Interés Legislativo del Honorable Concejo Deliberante de Coronel Rosales el libro de Gustavo Sebastián Rodríguez “Manolo Perrín, sin detenerse en el camino”.
Visto
La presentación del libro de Gustavo Sebastián Rodríguez “Manolo Perrín, sin detenerse en el camino”, y
Considerando
Que este libro narra la vida del Siervo de Dios Manuel Pascual Perrín.
Que la editorial “Ciudad Nueva” publicó el mencionado libro el 13 de septiembre del corriente año.
Que dicho libro fue prologado por el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Eduardo Scheinig.
Que el día 25 de octubre del corriente año será presentado en nuestra ciudad.
Que su autor, Gustavo Sebastián Rodríguez, conoció a Manolo Perrín personalmente y fue conociendo a toda su familia a través del trabajo de preparación de su biografía.
Que Manolo Perrín nació el 1 de junio de 1925 en Saldungaray y residió gran parte de su vida en la ciudad de Punta Alta.
Que por razones de fuerza mayor, transcurrió parte de su infancia lejos de su familia lo que le generó un cierto sentido de orfandad que le pesó por años.
Que vivió su adolescencia con unos tíos ateos a los que admiraba y, a partir de entonces, también él se declaró no creyente.
Que por diferentes circunstancias, atravesó momentos muy difíciles que lo angustiaban y le provocaban cierto descreimiento y rebeldía sumados a una fuerte dificultad que experimentaba de perdonar y perdonarse.
Que en 1967 conoció la espiritualidad del Movimiento de los Focolares, su primera gran sorpresa en la nueva espiritualidad fue el descubrimiento de que “Dios es Amor” y que es un padre que ama más allá de todo, liberándolo del sentimiento orfandad que le pesaba.
Que Manolo se casó con Angelita con quien tuvo 5 (cinco) hijos.
Que ingresó muy joven como maquinista de los buques en la Base Naval de Puerto Belgrano. Se enroló como suboficial no tanto por vocación militar, sino como trabajo para el sustento de su familia.
Que era un hombre muy interesante, alegre, apasionado, que no hacía nada a medias, de muy buena presencia, de carácter fuerte y decisiones rápidas.
Que en contacto con la experiencia de vida de los Focolares se sintió llamado a ser un apóstol de la unidad y a vivir como vivían los primeros cristianos, transformando no sólo su vida sino también la de su entorno.
Que el deseo de Jesús de “que todos sean uno” se había arraigado en su alma, y lo vivía y compartía en la familia, en el trabajo y en cualquier sitio que frecuentara.
Que cuando percibía que alguien lo seguía porque sentía admiración por él los corregía diciendo: “Hay que seguir a Dios y no a los hombres”.
Que muchas personas, de sólo verlo moverse o escucharlo, se sentían atraídas por su estilo de vida y se convertían.
Que le tocó afrontar situaciones difíciles a lo largo de su vida, como la enfermedad de su esposa siendo sus 5 hijos pequeños y la pérdida de su hija Cecilia a la que acompaño paso a paso en la ofrenda heroica de su vida.
Que padeció una afección a los riñones que a veces lo inmovilizaba y un cáncer que lo condujo a la muerte.
Que a pesar de las dificultades no perdía la alegría viviendo fuera de sí mismo y brindándose a los demás. Aquella sensación de orfandad experimentada alguna vez se había transformado en una notoria capacidad de generar familia, de crear lazos y relaciones.
Que según sus allegados, Manolo, era una persona que parecía estar siempre contemplando a Dios pero sin dejar de prestar atención a las necesidades de los hermanos.
Que Manolo era también una persona muy divertida, animador de fiestas familiares, amigo del fútbol, hincha de Independiente, organizador de campeonatos de truco y poseedor de una picardía poco común para despistar al contrincante cuando se armaban esos campeonatos.
Que sus nietos lo recuerdan como un abuelo que les hacía muchas bromas e inventaba de todo para que jugaran en el jardín y se sintieran a gusto.
Que hacia el final de su vida, al acentuarse su problema renal y afectado por el cáncer, comenzó a experimentar un dolor más fuerte todavía: no sentir como antes la presencia de Dios.
Que además de considerarse indigno e incoherente, se sumaba ahora una sensación de fracaso. Llamado a ser apóstol de la unidad, sentía la incapacidad de vivirlo en su propio hogar y temía ser ocasión de escándalo, aunque seguía amando y generando vida.
Que Manolo en medio de su enfermedad mostró una notable mejoría según lo que cuentan sus familiares, estaba luminoso, alegre y expresó a su hijo: “yo siempre quise vivir el Evangelio y era como si el Evangelio estuviera por un lado y yo por otro, pero ahora me siento dentro del Evangelio.”
Que también le contó a su familia que le venían a la mente los momentos dolorosos de su vida, que descubría en ellos el amor de Dios y recién ahora por primera vez podía donárselos a Él.
Que antes de partir, con un rostro luminoso, una hermosa sonrisa y una mirada trasparente que los que lo vieron no podrán olvidar, exclamó: “¡Qué plenitud! ¡Es maravilloso el amor de Dios! ¡Qué belleza! ¡Es maravilloso el Paraíso!
Que el 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, Pascual Manuel Perrín emprendió su vuelo.
Que sobre su tumba, donde descansa junto a Cecilia su hija, en el camposanto de la Mariápolis está grabada la frase del Testamento de Jesús: “Te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste”. (Jn 17,4)
Que al siervo de Dios Manuel Pascual Perrín, se le sigue un proceso de canonización por su testimonio de vida y su práctica heroica de las virtudes cristianas.
POR TODO ELLO EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE CORONEL ROSALES DECRETA
Artículo 1º: Declárese de Interés Legislativo del Honorable Concejo Deliberante de Coronel Rosales el libro de Gustavo Sebastián Rodríguez “Manolo Perrín, sin detenerse en el camino”.-
Artículo 2º: Visto y Considerandos forman parte del presente.-
Artículo 3º: Regístrese, Comuníquese, Tome conocimiento el Honorable Concejo Deliberante, Hecho, Archívese.-
SANCIONADO POR EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DEL PARTIDO DE CORONEL DE MARINA LEONARDO ROSALES EN LA CIUDAD CABECERA DE PUNTA ALTA EN SESION ORDINARIA CELEBRADA A LOS VEINTIOCHO DIAS DEL MES DE SEPTIEMBRE DEL AÑO DOS MIL VEINTITRES.
Firmado Nicolás Aramayo Presidente
Pablo Zaragoza Secretario Legislativo