Boletines/Moreno
Ordenanza Nº 7039/23
Moreno, 14/09/2023
VISTO el Expte. H.C.D. N° 35.614/2023, sobre declarar Patrimonio Inmaterial Cultural y Arquitectónico del Partido de Moreno al Movimiento “Casas Blancas”; y
CONSIDERANDO la competencia de la Comisión de Promoción Cultural, Investigación y Preservación del Patrimonio de Moreno conforme al Artículo 8° Inciso a) de la Ordenanza N° 6.356/2020.
QUE el mencionado Movimiento surgió en 1956 a partir de la Parroquia de Fátima de Eduardo Ellis y Claudio Caveri en Martínez, Provincia de Buenos Aires.
QUE el Movimiento se arraigó en nuestro Partido a través del Arquitecto Claudio Caveri y su obra.
QUE Ellis y Caveri desarrollaron una composición neoplasticista de alto valor estético, aunque no basada en el acero y el cristal, sino en el ladrillo y el hormigón.
QUE las características del “Casablanquismo” son:
QUE el “Casablanquismo” se autodefinió como uno de los únicos (sino el único) Movimiento Arquitectónico Nacional, con fuerte arraigo en la concepción y luego en la “proliferación natural” de sus conceptos, dada su “sinceridad constructiva global”, despojada de todo maquillaje y manteniendo los materiales y los espacios en su esencia, dando a cada uno su significado acorde al todo.
QUE respecto del debate sobre “Casas Blancas” señalo Héctor Ezcurra en la obra ARQUITECTURA EN LA ARGENTINA Eudeba 1981 “… ese debate se despertó con todo rigor durante los años inmediatos a 1955, al ponerse en tela de juicio el valor de la arquitectura racionalista como proveedora de modelos y la necesidad de elaborar tipologías que identificaran este particular lugar del mundo. Fue en esta época cuando apareció el movimiento que el arquitecto Miguel Asencio denominó “Casas Blancas” (…) apareció en 1957 la iglesia de Fátima en Martínez, de Claudio Caveri y Eduardo Ellis. Introvertida, de formas y colores sabiamente combinados, cálida en la textura de sus materiales, fue una revolución sin palabras, auténtica, una original propuesta que superó a las explicaciones que sobre ella se dieron más tarde”.
QUE el “Casablanquismo” forma parte de la Cultura Arquitectónica Contemporánea argentina y asume orgullosamente el haber creado esa verdadera corriente nacional que se difundió, por unos quince a veinte años, preferentemente en Iglesias, Capillas y viviendas unifamiliares.
QUE en tiempos de renovación “Casas Blancas”, aparece en el contexto nacional como una reacción al Movimiento Moderno y propone una mixtura entre Modernidad Internacional y Tradición local, al combinar materiales modernos como el hormigón armado con mampostería de ladrillos comunes, ambos a la vista.
QUE en las Casas Blancas se descartaron los techos de tejas y se reemplazaron por techos de losas de hormigón armado, horizontales o inclinados. En este último caso cubiertos con ladrillos comunes a la vista.
QUE las Casas Blancas ofrecieron una alternativa más doméstica que el “Estilo Internacional” del Movimiento Moderno inicial, y si bien mantuvo vínculos tecnológicos y de lenguaje con la ruptura de la caja, con el lenguaje mediterráneo y con el Neo-Brutalismo europeo, innegablemente se convirtieron en representantes de un modo local de sentir la vida cotidiana en las casas de familia de la clase media y alta del suburbio.
QUE en materia de viviendas fue una arquitectura ambientalista y generó ambientes de rico interiorismo, amigables con los usuarios y portadores de un mensaje místico enriquecedor del mundo privado.
QUE ha expresado el arquitecto Caveri: “No hay arquitectura que no esté montada sobre una visión del mundo y que no busque expresar los mitos profundos de cada pueblo. No hay nada, por más convencional o trivial que sea, que no esté expresando un contenido”.
QUE los arquitectos de las Casas Blancas fueron más allá aún. Respetaron el lugar, interpretaron un anhelo de modo de vida y desarrollaron un “mix” entre global y local que generó un lenguaje de reconocible valor estético y de una inmensa riqueza espacial y que definió toda una época y una manera de sentir.
QUE desde fines de los años ´50 y durante los ´60 comenzó a desarrollarse en las clases medias suburbanas del Gran Buenos Aires -y seguramente alrededor de las grandes ciudades argentinas- un cierto crecimiento económico y cultural, que sumado al ingreso a la facultad de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires de estudiantes del suburbio, desparramó arquitectura por un Conurbano antes impenetrable.
QUE las casas de ladrillo a la vista -al igual que las Casas Blancas- con sus techos de losas de hormigón, patios posteriores y espacios de doble altura, hicieron furor haciéndole honor a las proclamas de particularización y austeridad tecnológica que, el Neobrutalismo, calzaban con justeza en las esperanzas de una nueva pequeña burguesía del Conurbano.
QUE ese segmento de la sociedad que aunaba una actividad económica rentable con su nivel secundario completo, sin la carga de la mochila aristocrática que le permitiría despertar algo desprejuiciadamente hacia un mundo moderno, abrazó las Casas Blancas y las casas de ladrillo a la vista con tolerancia primero y con entusiasmo después.
QUE las casas de ladrillos a la vista fueron, después de todo, una variante y hasta un progreso razonable de las Casas Blancas que, desde comienzos de los años ´70 empezaban a decaer en la solicitud de encargos.
QUE esas primeras casas Neobrutalista de hormigón y ladrillo a la vista, todavía conservaban la nobleza que otorga un diseño a medida. Con cortinas “Barrios” o postigones y carpinterías de madera y a veces con marcos de chapa doblada, con pisos de cerámica, muros dobles de ladrillo a la vista y techos de hormigón sin revocar -planos o inclinados- conservaron toda la misteriosa organización espacial y el uso de la luz rasante de las Casas Blancas, ahora enfatizando la rugosidad oscura del ladrillo rojo.
QUE las casas de ladrillo a la vista, fueron, como las Casas Blancas, un lenguaje y lejos estuvieron de ser un prototipo. Por ello les permitían a los arquitectos conservar ocultos los secretos del diseño a medida. Esas casas, proyectadas con conceptos y formas hasta entonces desconocidos por la clase media suburbana - su destinatario de entonces- bajaron a las calles de nuestros pueblos la estructura independiente, la ruptura de la caja, el espacio fluido, la buena relación interior-exterior, el funcionalismo a medida y la adecuación irrepetible al lugar de implantación.
QUE el arquitecto Claudio Víctor Antonio Caveri uno de los principales exponentes de “Casablanquismo” y su vida y obra se encuentran intrínsecamente vinculadas con Moreno. Fue fundador de la Comunidad Tierra dentro de la cual desarrolló su actividad profesional, construyendo los edificios de la misma con un criterio cada vez más artesanal y distante del racionalismo imperante. Radicado en Moreno se contactó con los pobladores humildes que rodeaba la comunidad ubicada en la Localidad de Trujui, democratizando su método y mirada filosófica de la disciplina arquitectónica.
QUE el “Casablanquismo” se refleja en nuestro Partido en innumerable cantidad de viviendas unipersonales y particularmente en el Templo Santa María de Guadalupe ubicado en la calle Molina Campos N° 371 esquina Avenida Victorica de Moreno y en la Capilla María Madre de la Iglesia ubicada en la calle Belisario Roldán y Avenida Concejal Caveri de la Localidad de Trujui de nuestro Distrito.
POR TODO ELLO, el Honorable Concejo Deliberante de Moreno, en uso de sus atribuciones legales sanciona la siguiente:
ORDENANZA
ARTÍCULO 1°: Declárese Patrimonio Inmaterial Cultural y Arquitectónico del Partido de Moreno al Movimiento “Casas Blancas”.
ARTÍCULO 2°: Comuníquese al Departamento Ejecutivo, regístrese y archívese.
SALA DE SESIONES DEL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE MORENO, 14 de Septiembre de 2023.
PROF. CASTRO ISAMAEL BELLOTTA, ARACELI
Secretario Presidenta
Comunicado al D.E el día 22/09/2023
Promulgada mediante el Decreto N° 3860/23 de fecha 22/09/2023