Boletines/Lobería
Ordenanza Nº 2143-17
Lobería, 23/11/2017
LOBERIA, 23 DE NOVIEMBRE DE 2017
VISTO:
Lo dispuesto en los artículos 24, 25, 27 inciso 3, y 77 inciso a) de la Ley Orgánica Municipal, y
CONSIDERANDO:
QUE, con motivo de cumplirse los cien años de la fundación del Almacén “Los Corrales”, ubicado en la calle De Caso en su intersección con la calle José María Paz, a la altura del nro. 801 de la ciudad de Lobería, los vecinos del homónimo Barrio, han considerado significativo rendir un homenaje a la historia del típico comercio.
QUE, a fin de celebrar este evento, pintarán un mural y el sábado 2 de diciembre del corriente, realizarán un encuentro con música tradicional interpretada por vecinos del lugar.
QUE, el Almacén Los Corrales, es uno de los comercios más antiguos de la ciudad y aún conserva su estructura original. Asimismo, lo distingue, el hecho de que sigue siendo atendido por los descendientes de sus fundadores don Vicente Fernández y Doña María García oriundos de Palencia, España.
QUE, allá por 1905, Vicente y María llegaron a Lobería en el afán de encontrar un escenario propicio para el trabajo y el progreso. El primer trabajo que tuvo Vicente fue, plantando árboles para la familia González Videau, en la propiedad que luego fue conocida como “el monte de González”. Luego, se dedicó a variadas labores junto a sus hijos, como hacer ladrillos para construir los cascos de las estancias.
QUE, con mucho esfuerzo, hacia mediados del año 1917, pudieron instalar el almacén, que originariamente se encontraba en la esquina de la vereda par, de la calle De Caso.
QUE, del matrimonio de Vicente y María nacieron los hijos Simón, Lidia, Fidel, Milagros, Celestino y Manuel.
QUE, luego del fallecimiento de Don Vicente, la firma continuó con el nombre “María G. Viuda de Fernández e hijos” y con el paso del tiempo, los hijos continuaron con el legado de sus padres fundando y atendiendo distintos almacenes de ramos generales en el distrito.
QUE Simón Fernández, hijo mayor, llegado a Lobería a los seis años con sus padres, casado con doña Consuelo Fernández, fue quien hizo el edificio actual y, en 1929, también construyó, con ladrillos fabricados por su propia mano, el conocido Almacén “La Sirena”, ubicado en la esquina de las calles 9 de Julio y Saavedra. Allí, surtía de mercadería a las familias del pueblo, tenía expendio de bebidas y realizaba repartos al campo.
QUE también su hermana, doña Lidia Fernández, casada con don Gregorio Martín, se dedicó al rubro, e instaló un Almacén de ramos generales conocido como “Gaucho Pobre” en el paraje “El Pampero”. Desde su negocio proveía de mercaderías a las familias que habitaban la zona y una vez al mes concurría un peluquero loberense de apellido Hanna, quien cortaba el pelo durante todo un día a los parroquianos del lugar.
QUE, una vez disuelta la firma, continuaron al frente del comercio Fidel, casado con doña Alcira Débil y Manuel, casado con Nieves Antonia Rossi. Este último matrimonio tuvo una hija, Marta Fernández quien se casó con Sixto Díaz, padres de Gerardo y Néstor Fabio Díaz, quienes actualmente continúan con la atención del tradicional almacén.
QUE, variadas son las historias y anécdotas que tienen como centro al centenario comercio. Lleva el nombre “Los Corrales”, debido a que en esa zona se ubicaban los corrales donde se encerraba a los animales antes de carnearlos sobre el piso. Con el paso del tiempo, también fue conocido como “el boliche de Fernández” y “Los honguitos”. Este último nombre se debe a que el establecimiento cuenta con una mesa de “Billar gol”, juego similar al billar, que tiene unos topes en forma de hongos que arman distintas bandas de rebote para las diez bolas, blancas y rojas, que deben hacer gol en el arco contrario. Este juego, se transformó en una atracción del lugar que contribuía a la diversión de niños, adolescentes y adultos del barrio. Sólo existían tres en todo el distrito, uno en el Almacén de Los Corrales, y los otros dos en los almacenes “Tome y Traiga” y “La Patagonia” ubicado, éste último, en la entrada de Lobería por Av. Campos.
QUE hacia 1962 llegó la energía eléctrica. Antes de ese año, se alumbraba con faroles, se enfriaba con barra de hielo o heladera a kerosén, y más adelante, con energía eólica que les proveía un viejo molino que cargaba una batería para producir energía eléctrica. El molino aún puede apreciarse en la propiedad del vecino Botaro.
QUE en 1973 el viejo edificio debió ser remodelado porque se prohibió que los almacenes tuvieran piso de madera, por lo tanto, el Sr. Roberto Samuel Masón hizo una loza, donde se asienta el piso actual, y unas paredes reforzadas que sostienen los antiguos mostradores que eran de otro establecimiento de Santa Marina.
QUE también en alguna época supo ser el punto de encuentro para escuchar los discursos de los candidatos de distintos partidos políticos. Se montaba una tarima, y los candidatos hacían sus arengas en la vereda del Almacén, con la electricidad que los propietarios les brindaban para alimentar micrófonos o altavoces. Posteriormente, los partidos armaron carros móviles, con los cuales recorrían la ciudad para llevar sus propuestas a los vecinos. En el barrio “Los Corrales”, la esquina del Almacén, era el lugar de encuentro obligado en épocas de campaña electoral.
QUE hacia 1979 muchos vecinos del barrio comenzaron a irse a otras ciudades o barrios, en busca de nuevos destinos. Entre 1983 y 1986, también sufrió la pérdida de muchas familias que se fueron instalando en los barrios recién construidos como el Independencia, el San Martín o el más cercano, Ramón Carrillo.
QUE, sin embargo, a pesar de este movimiento propio del paso del tiempo y el cambio de circunstancias, el viejo Almacén de Ramos Generales “Los Corrales” aún conserva la estructura y la bonhomía que sus fundadores le dieron, manteniendo el clásico palenque para que los parroquianos aten sus caballos.
QUE este comercio, símbolo distintivo de la historia del barrio, refleja las costumbres de otras épocas donde las cuentas se anotaban de puño y letra y se pagaban por año cumplido, mes o quincena. Estos rasgos característicos, conformaron la identidad de muchos loberenses y así lo expresan las palabras escritas por la vecina, Griselda Zambotti León: “El Boliche.- Los años pasan y todo cambia y para saber quiénes somos y a dónde queremos ir, siempre debemos recordar de dónde venimos. Mi niñez fue hermosa y como la de muchos ustedes, hay lugares y momentos que no olvido, son esos los que marcan el rumbo de las personas. Para algunos fue el club, la plaza, la casa de un vecino, el potrero de los picaditos o el boliche del barrio, el de mi barrio “Los Corrales”. La identidad de la familia, ir por el camino correcto y hacia el lugar indicado. Nada es casualidad, todo es una serie de sucesos que quedan en la memoria por siempre. Mi niñez, donde ir con mi papa hacer los mandados y charlar con los vecinos no era algo extraño, simple y cotidiano, con el envase para el vino, la bolsa de los mandados y entrar a ese lugar de la mano de tu papa, mirar con asombro las carameleras de vidrio llenas, las latas con masas de muchas clases, el gran mostrador de madera y todo lo demás… Quizás no era tan grande, pero cuando se es niño vemos todo con mayor dimensión y ese era el mejor de los paseos. Ya con unos años más, fue toda una aventura, hacer sola los mandados a mi abuela Ema, el recorrido era en mi aurorita, toda una responsabilidad, llevar el dinero, volver con el vuelto y todo lo que me encargaba, por supuesto que comiendo algún caramelo de más que Sixto dejaba fuera del cono de papel para que disfrutara en el camino de vuelta. En mi adolescencia pase las tardes de domingo más entretenidas con mis amigas del barrio, jugando al billar gol de incógnita, el boliche cerrado y todo para nosotras, horas de entretenimiento, mi lugar en el mundo. Cuando pasa el tiempo la vida tiene otros caminos, pero la marca queda fuerte en el corazón, es entonces donde decido volver con mi hijo, ya adolescente, para que viva el barrio, ese boliche donde él también fue por los mandados a su abuela, donde alguna vez vio alguna jugada en los famosos honguitos y donde fuimos juntos los domingos por la mañana, apuesta de por medio a ver quién limpiaba la cocina ese día, ocurrencia de Fabio que entre fichas y charla se nos pasaba la mañana. Hace un par de años, durante la última sala de jardín de mi hija, fuimos de visita para que los nenes trabajaran sobre las pulperías, hermosa experiencia y como no hacer el contacto, si no existe lugar más seguro para mí y su historia que atrapa. Hoy quiero solo devolver tanto de lo vivido, en ese trato siempre tan especial y familiar que sentí cada vez que volví al boliche, mates, amigos, charlas y sentirme como en casa, gracias por dejarme ser parte, una vez más, de su historia. Dicen que 100 años no son nada, para mí, es mi vida entera…”
POR ELLO, EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE LOBERIA, de acuerdo a las atribuciones que le son propias, aprueba la siguiente:
ORDENANZA
ARTICULO 1º.- El Honorable Concejo Deliberante declara de Interés Municipal las actividades a realizarse el 2 de Diciembre del corriente año, con motivo de los Cien años del Almacén Los Corrales, símbolo de la identidad del barrio homónimo .
ARTICULO 2º.- Envíese copia de la presente a los Sres. Néstor Fabio Díaz, Gerardo Díaz, al Museo Histórico “La Lobería Grande” y a la Sra. Griselda Zambotti Leon.
ARTICULO 3º.- Comuníquese al Departamento Ejecutivo, regístrese, cumplido, ARCHIVESE.-
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE, A LOS VEINTITRES DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO DOS MIL DIECISIETE, SANCIONADA POR UNANIMIDAD.
MARIA GABRIELA PUCCI HORACIO ALFREDO MARCOS
SECRETARIA PRESIDENTE
ORDENANZA 2143-17